¿Tienes miedo? ¡Aprende de los estoicos!
Mucho se ha hablado de la importancia de establecer metas en nuestras vidas pero Tim Ferriss nos cambia el enfoque y nos recomienda identificar primero los miedos ya que son los principales responsables de boicotearnos el camino para llegar a ellas.
Tal como lo define Tim Ferriss en su charla TED “Why you should define your fears instead of your goals” , entendemos por Estoicismo el sistema operativo para sobrellevar situaciones de alto estrés para tomar mejores decisiones. Ya sea para enfrentar las crisis o para identificar estos obstáculos, parece ser una propuesta interesante y de gran ayuda. Esta doctrina se basa en frenarse para separar lo que se puede controlar de lo que no y ejercitarse para focalizarse en lo primero.
Identificar y gestionar las emociones y los miedos
Disminuir la reactividad emocional puede ser un “súper poder”. Ayuda a detener el pensamiento rumiante y comparador que nos tienta a pensar en lo peor. Los miedos son los principales responsables de no poder alcanzar las metas porque nos paralizan. Casi todos tenemos más o menos claro qué queremos pero no todos somos conscientes de hasta qué punto los miedos pueden traicionarnos y complicarnos el camino para conseguirlas. Todos pasamos por momentos difíciles en la vida pero no todos reaccionamos de la misma forma ante las circunstancias que nos toca vivir. Habitualmente sabemos más o menos lo que nos gusta pero ¿tenemos realmente bien identificado aquello que nos da pánico y nos frena?
El costo de inacción
“Sufrimos más por imaginar que por la realidad”. Séneca.
La decisión de desear algo y no hacer nada también tiene un costo y suele ser directamente proporcional a la intensidad del deseo.
El proceso es:
– Deseamos algo: lo imaginamos posible y nos genera felicidad alcanzar esa idea. Con sólo pensar en ello se nos esboza naturalmente una sonrisa.
– Inmediatamente después, pensamos en todo lo malo que podría pasar.
– Empezamos a pensar que quizás no sea buena idea, que mejor nos quedamos como estamos, sin arriesgar tanto.
– Sentimos angustia por lo que “podría haber sido y no fue”.
– Esa angustia que genera querer hacer algo (por el deseo) y no hacerlo (por los miedos) nos aleja de la felicidad, de nuestras metas.
Y lo que es peor, se refuerza al descubrir que otra persona sí los venció y lo logró, entonces pueden pasar dos cosas: idealizamos la vida de los demás y nos enojamos con nosotros mismos porque no fuimos lo suficientemente valientes, o ese logro del otro se convierte en el disparador que necesitábamos para dar ese paso que veníamos postergando. Las charlas TED han servido de motivación para que muchas personas den ese gran paso, ya que les permiten no sólo admirar a figuras públicas relevantes en múltiples disciplinas por lo que nos cuentan, sino también motivarlas para pasar del pensamiento a la acción.
Ahora utiliza un ejemplo de tu vida real para animarte a avanzar con ese proyecto que vienes postergando hace tanto tiempo por la posibilidad de que salga mal. Piensa en ese día en el que tenías miedo de hacer algo y que te costó tomar la decisión por los miedos que te generaba. Recuerda el peor escenario que podías tener en ese momento si tomabas esa decisión. Ahora piensa en eso que hiciste aun sabiendo esos riesgos e imaginando ese escenario catastrófico que se te venía a la mente. Haz una lista de lo que salió mal y otra lista de los beneficios obtenidos.
Escribir sana: captura pensamientos.
Haz una cita contigo mismo para pensar y escribir sobre esto. En algún momento del día, cuando vuelvas de trabajar, por ejemplo, detente en ese bar de la esquina, saca tu libretita y comienza a reconocer y a apuntar tus miedos y tus deseos, al igual que haces la lista de la compra. Puedes comenzar con una técnica de escritura llamada escritura libre* y luego ordenarlos.
*Es una técnica de pre-escritura en la cual la persona escribe en forma ininterrumpida durante un período de tiempo sin prestar atención a la ortografía, gramática o tema.
Al cabo de unos días, vas a sentir que valió la pena. Le vas a dar otro sentido a cada cosa que hagas, vas a sentir que estas siendo coherente contigo mismo, te estás conociendo, no te puedes mentir a ti mismo, estarás satisfaciendo tus propios deseos y estarás más cerca de tu propia felicidad, no de la que te venden, no de la que hace feliz a otros, sino de la que te hace feliz a ti. Es paz interior, ese “saber” que vas por buen camino, por tu camino, que la vida no está en otra parte, sino aquí.
¡Y es que la misma receta de felicidad no se aplica a todos! A cada uno nos hacen felices diferentes cosas, por eso no existen las recetas mágicas de felicidad. Ya no vas a culpar al clima, a tu jefe, o a tu ex pareja por las cosas que no salen como tú quieres. Se necesita valentía para tomar decisiones difíciles. Sobran los ejemplos de personas valientes: ser valiente es ir por lo que quieres. Cuando lo haces por los demás, el éxito no es tuyo, es para ellos y la satisfacción nunca se va a comparar con esa paz interior que sientes cuando vas por el camino que deseaste.
Te lo prometo, cuando seas mayor, te lo vas a agradecer.