Piel de color carne
Desgraciadamente, los estereotipos son generalizaciones que existen y que condicionan nuestras impresiones y juicios más de lo que nos gustaría pensar – sobretodo cuando hablamos de razas, nacionalidades y colores de piel. Las personas a menudo son descritas como “blancas”, “negras” o incluso “amarillas”. Sin embargo, rara vez la piel de una persona será literalmente de estas tonalidades.
Al contrario; algunos somos más beige, otros color café, otros de piel rosada… Esta idea fue la que incitó a Angélica Dass, fotógrafa de origen brasileño, a crear Humanae.
En una primera fase del proyecto, Angélica retrató en primer plano a cientos de habitantes de 13 países distintos. A continuación, usó el color de la piel para colorear el fondo de la imagen individual de cada protagonista. Finalmente identificó cada uno de os colores gracias a la clasificación Pantone. El resultado lo puedes ver en la imágen principal.
En su TED Talk, Angélica nos explica el nacimiento del proyecto así como varias anécdotas que sucedieron a lo largo de su vida y que dieron aún más sentido si cabe al proyecto Humanae.
Entre ellas, la que quizás es más impactante es una realidad de la que Angélica se dio cuenta cuando era pequeña: cuando se trata de colores, el que entendemos como “color carne” es sólo uno, concretamente el correspondiente a personas “blancas” (o más bien rosadas). ¿Se trata de un enésimo reflejo del racismo inherente a nuestra sociedad? ¿Se trata de una lentitud en la evolución del idioma, que no se ha adaptado a la multiculturalidad de la sociedad actual?
Sea como sea, Angélica quiso llevar Humanae un paso más allá. No sólo fue expuesto en toda clase de galerías del mundo, si no que tomó las calles… y las aulas.
Este proyecto permite ir a los inicios de la educación de los niños, que es cuando aprenden la concepción del “color carne” y aún se pueden cambiar las cosas.
Alumnos en todo el mundo – en ocasiones contando con la presencia de Angélica para intercambiar experiencias – han jugado con diferentes tonos de pintura para encontrar su específico color carne. Así, han aprendido que no hay color que nos defina a todos si no que, en realidad, somos simplemente “humanos”.
