¿Nos estamos comiendo el mundo? ¡Nuestros modelos alimentarios a debate!
La semana pasada tuvo lugar el evento mensual de TEDxBarcelona en el Mazda Space. Esta vez nuestra comunidad de mentes inquietas se reunió para debatir la temática de nuestros hábitos de producción y alimentación en torno al ámbito de los animales.
Abordamos el status quo que hemos instaurado -en las sociedades occidentales- desde una perspectiva crítica y multidisciplinar para analizar si las prácticas que llevamos a cabo en nuestro día a día son realmente sostenibles o por lo contrario si estamos dañando seriamente a la cadena alimentaria, con los problemas que esto puede conllevar a medio y largo plazo.
Para tener un enfoque experto como punto de partida, visualizamos la TED Talk de Paul Greenberg sobre el coste medioambiental que tienen nuestros hábitos alimentarios. Después debatimos hasta dónde llega nuestra responsabilidad en lo que comemos y si existen alternativas más sostenibles tanto de consumo como de alimentación.
La charla
Paul Greenberg, amante de la pesca, reflexiona sobre la desaparición de especies de peces en los mares y ríos a causa de la intervención humana. Tal y como pasa con la carne, para abastecer la creciente demanda de consumo de estos alimentos- y para que el proceso salga lo más rentable posible -, la industria alimentaria se centra en criar y reproducir unas especies en detrimento de otras para el consumo. Este factor conduce lamentablemente a la disminución de la biodiversidad de los ecosistemas.
¿Sabías que para pescar medio kilo de camarones, los pescadores matan entre 10 y 30 kilos de peces salvajes? ¡Estos son sólo algunos porcentajes de la cruda realidad!
A lo largo de la charla Greenberg reflexiona preocupado sobre el desequilibrio del medio natural que estamos causando. Se dan casos tan paradójicos y antinaturales como el hecho de que estamos alimentando a los pollos y cerdos con peces, pero también tenemos peces que comen pollo ¿Es necesario desarrollar este sistema de pescas masivas para alimentar animales para comérnoslos?
Greenberg no sólo analiza la situación actual del mercado, sinó que va más allá imaginando posibles soluciones. ¿Cómo sería el pescado perfectamente ecosostenible? Según este especialista, el pescado perfecto reuniría los siguientes factores: sería vegetariano, su crecimiento sería rápido, tendría que adaptarse a un clima cambiante y tener un perfil de pescado graso. Basar nuestra alimentación en especies que no se alimentan de otros animales disminuiría considerablemente el impacto de su adquisición.
Quizás, tal y como él afirma, es hora de guiarnos un poco menos por el apetito a la hora de comer y un poco más con la cabeza.
El debate
En la sala tuvimos asistentes con dietas muy diferentes que quisieron compartir sus opiniones e inquietudes con el resto de los presentes. Personas que habían cambiado sus hábitos de alimentación hacia el veganismo o vegetarianismo explicaron los motivos de su decisión y argumentaron cómo se sienten después de adoptar una dieta alternativa y saludable. Aunque hubo quien criticó la asociación directa de “dieta sin carne” con “saludable” o “sostenible”, ya que existen diversidad de opiniones en el mundo académico y profesional sobre la idoneidad de las dietas basadas exclusivamente en vegetales.
Se denunció la poca consciencia general de las consecuencias que generan nuestros hábitos de consumo. En general entre los asistentes se concluyó que el debate no está tanto en comer carne y pescado o no comerlo, sinó en elegir un sistema adecuado de producción de los mismos.
Optar por productos ecológicos parecía la mejor opción, aunque su precio superior los hace inaccesibles a un gran sector de la población. O al menos aparentemente, porque como comentó un participante: “Si en lugar de comer pollo del supermercado tres veces por semana comes pollo de corral ecológico una vez, te sale más rentable”.
Sea como sea, el factor económico es un factor relevante, en tanto a que los modelos de producción ramadera actuales buscan una mayor eficacia para poder ofrecer sus productos a precios cada vez más competitivos. Si a ello le sumamos la importancia creciente de la industria de los productos “eco”, nos encontramos en un terreno donde no hay verdades absolutas y ambos bandos utilizan estratagemas de marketing levantando sus propias banderas simbólicas y reivindicativas para obtener beneficios económicos.
¿Quién es más sostenible, aquel vegano que vive en una ciudad y se alimenta a base de productos procesados veganos (hamburguesas, salami vegano, tofu…) o el campesino que cría sus propios animales en libertad? Surgen preguntas complejas que mezclan diversos temas y controversias.
Al final surgió la propuesta de la alimentación basada en insectos, recomendada por expertos a nivel de nutrición y sostenibilidad, aunque no fue muy bien recibida entre los asistentes.
En lo que si hubo consenso fue en responsabilidad colectiva que tenemos y en la necesidad de que cada una de nuestras decisiones de consumo afecta al futuro de las siguientes generaciones. ¿Qué crees que podemos hacer para crear un sistema sostenible a largo plazo?